El perfume en cuestión, Sisley Eau du Soir Eau de Parfum, era realmente caro, pues el frasco de 100 ml. salió por 180 euros, la dije. Ella se rió mientras decía que estaba claro que los perfumes franceses eran caros por su alta calidad, y más la casa Sisley, que se esmeraba en la fabricación de sus productos. ¿Me había fijado en el tapón del frasco? Era de oro de 18 quilates. Sin embargo, matizó, ella lo había conseguido en una tienda de la Red, que se llamaba StrawerryNet, por 149 euros. No tuvo que pagar portes porque aprovechó para hacer también el pedido de sus productos de maquillaje y cuidado de la piel. Como vio que yo me quedé asombrado me dijo que los hombres no aprovechábamos esas ofertas porque nos acordábamos de las cosas en el último momento. Tardaban en enviarlo entre 7 y 10 días laborales, lo que debía tenerse siempre en cuenta si se necesitaba para una fecha concreta, como era el caso del cumpleaños. Además, comprando tres productos o más, te hacían un cinco por ciento de descuento en esa tienda, que era su favorita. Y como era cliente habitual obtenía más rebajas añadidas, de hasta un 10 por ciento.
Nada más llegar a casa quise comprobar por mí mismo lo que me había contado mi amiga, entrando en la tienda que me recomendó. ¡Era cierto! Empecé a indagar y descubrí que existían unos buscadores que comparaban los precios de diferentes tiendas online, del producto que te interesaba. Probé Twenga, Preciomanía, Izideal, Ciao y Dooyoo. De esta forma encontré que en Andorra el perfume me hubiese costado 156 euros y no debía pagar portes porque la compra superaba los 110 euros. El plazo de entrega era parecido al de la otra tienda, 10 días. Había sitios más baratos, pero sólo servían a Estados Unidos y Canadá, así que los deseché con pena, pues el más económico tenía un precio de 69 euros.
Mi hermana se llevó una gran alegría al abrir el paquete de regalo. Dijo que con él se sentía elegante y muy sensual y que pensaba dosificarlo con mucho cuidado, aunque sabía que con pocas gotas la fragancia se mantenía mucho tiempo. Luego comentó que ella también quería comprar un perfume para su cuñada, a la que iban a operar, y no le apetecía llevarla bombones como todo el mundo. Aproveché para hablarla de lo que había descubierto en Internet y se puso rápidamente al teclado. Aprovechando los buscadores que yo había localizado se lanzó a comparar precios a diestro y siniestro. El perfume era Be Delicious, de DKNY. Sabía que en la perfumería habitual su precio rondaba los 65 ó 75 euros. En Perfumes24horas le pedían 49 euros; en Shopmanía ya eran 45 euros. Perfumesyaromas y Essenciadeperfume empataban con 44 euros, y la más barata era sin duda Daliaperfumerías, con un precio de 39’65 euros. Definitivamente Internet era una maravilla. No tuvo ningún problema ni con el pedido ni con el envío, que llegó a tiempo para entregarlo a su cuñada tras la operación y, visto el resultado, a partir de entonces toda la familia optamos por comprar nuestros perfumes a través de la Red.
Nada más llegar a casa quise comprobar por mí mismo lo que me había contado mi amiga, entrando en la tienda que me recomendó. ¡Era cierto! Empecé a indagar y descubrí que existían unos buscadores que comparaban los precios de diferentes tiendas online, del producto que te interesaba. Probé Twenga, Preciomanía, Izideal, Ciao y Dooyoo. De esta forma encontré que en Andorra el perfume me hubiese costado 156 euros y no debía pagar portes porque la compra superaba los 110 euros. El plazo de entrega era parecido al de la otra tienda, 10 días. Había sitios más baratos, pero sólo servían a Estados Unidos y Canadá, así que los deseché con pena, pues el más económico tenía un precio de 69 euros.
Mi hermana se llevó una gran alegría al abrir el paquete de regalo. Dijo que con él se sentía elegante y muy sensual y que pensaba dosificarlo con mucho cuidado, aunque sabía que con pocas gotas la fragancia se mantenía mucho tiempo. Luego comentó que ella también quería comprar un perfume para su cuñada, a la que iban a operar, y no le apetecía llevarla bombones como todo el mundo. Aproveché para hablarla de lo que había descubierto en Internet y se puso rápidamente al teclado. Aprovechando los buscadores que yo había localizado se lanzó a comparar precios a diestro y siniestro. El perfume era Be Delicious, de DKNY. Sabía que en la perfumería habitual su precio rondaba los 65 ó 75 euros. En Perfumes24horas le pedían 49 euros; en Shopmanía ya eran 45 euros. Perfumesyaromas y Essenciadeperfume empataban con 44 euros, y la más barata era sin duda Daliaperfumerías, con un precio de 39’65 euros. Definitivamente Internet era una maravilla. No tuvo ningún problema ni con el pedido ni con el envío, que llegó a tiempo para entregarlo a su cuñada tras la operación y, visto el resultado, a partir de entonces toda la familia optamos por comprar nuestros perfumes a través de la Red.