
Cuando se quiere tener una buena carta de presentación el aroma que exhale nuestro cuerpo debe ser como un soplo, sutil y personal. No sólo queremos que sea agradable, sino diferente, único. Por eso los amantes del perfume se gastan verdaderas fortunas en probar y coleccionar los más interesantes. Para los demás, aunque no lleguemos a tanto, la correcta elección del aroma es algo que nos preocupa hacer bien. Sin embargo, este es un mundo tan amplio que solemos perdernos entre tanta oferta y promoción de temporada. Para evitar esto solemos tener una marca de referencia, cuyo estilo de base sentimos que va con nuestra personalidad. A partir de ahí vamos probando una u otra por si descubrimos una perla por casualidad.
Si aún no conoces las fragancias de este gran modisto te sugiero que vayas probando hasta que encuentres aquella con la que te identifiques más. La mayor parte de estos perfumes son frescos, como Verino VV, con una entrada afrutada, un corazón floral con jazmín y jenjibre y un fondo de musc blanco y sándalo; Verino Eau es predominantemente cítrica. Lleva pomelo, mandarina, bergamota, magnolia de china, musgo de encina y jazmín de Egipto entre otros ingredientes. También cítrica es Roberto Verino “W” Parfum. Sin embargo Roberto Verino Mellow es dulce y afrutada, con un corazón de rosa, violeta y jazmín y un final de ámbar, vainilla y sándalo.
Para terminar te aconsejo que pruebes el nuevo perfume que ha salido este año. Se llama Gold, y ha sido elaborado por el perfumista Olivier Polge, el cual ha recibido el Premio Internacional de perfume 2009. Imagina la riqueza de matices que tendrá este producto y la alta calidad que posee. Es floral amaderada. Las flores son la rosa, peonía blanca, gardenia, bergamota, raíz de lirio y jazmín. A esto le añaden sándalo, pachuli, ámbar blanco, almizcle y haba tonka. Es elegante sin ser ostentosa, como todo lo que comercializa Roberto Verino.
Hace tiempo me contaron una anécdota que no puedo dejar de mencionar. Ocurrió en un proceso de selección de personal en el que los entrevistadores eran ciegos. El tribunal iba llamando por turno a los opositores, que eran videntes. Al terminar, uno de los jóvenes se demoró un poco en el baño y pudo oír cómo un miembro del tribunal decía a otro: Un minuto más y me sacan en camilla. Pero, ¿qué se han puesto estos chicos que casi me asfixian? El chaval, que se había echado esa mañana poco menos que medio frasco de colonia, cayó entonces en la cuenta de que los demás habían tenido la misma ocurrencia que él. Y es que el perfume puede ser lo más sublime o un espanto, tanto por su calidad como por la cantidad que se utilice.